Colaborar con otras personas o entidades significativas (ya sean artistas o diseñadores, así como marcas e iniciativas admirables) es algo muy deseable y valioso por sí mismo, y sobre todo a la hora de potenciar tanto la obra como el crecimiento de un artista. Se logran creaciones sorprendentes e interesantes en este intercambio de energías y diferentes formas de pensar; también es una experiencia muy estimulante y gratificante en general, además de ser particularmente nutritiva. He aprendido mucho en los proyectos colaborativos en los que he participado, además de generar lazos muy potentes y especiales con esas personas durante el proceso. Las colaboraciones suponen un gran valor añadido en sí mismas, e implican una enorme contribución, tanto a nivel profesional como –muy especialmente– en lo personal.